Tiembla tu corazón

Tiembla tu corazón antes de hacerlo.

Vas a juzgar

No olvides, que hay un dolor de siglo

en cada hombre,

y una causa anterior , a lo querido.

Cuando pongas tu pesa en la balanza,

Suma en piedra

la parte que nos toca.

Suma orgullo y desprecio y abandono,

suma rosas y pan

incompartido.

Mira

que en cada una de tus sentencia pongas

tu señal de durar

a signo limpio.

Que tu sangre camine

gota a gota,

decantada,

traslúcida, sin prisa,

que las culpas ajenas necesitan

un reposado espacio de medida.

Guarda

no olvidar a tu madre ni a tus hijos

cada vez que señales

un culpable,

ni olvidarte de Dios cuando castigas;

y perdona

si es que temes tener

que perdonarte.

Suelta al fondo de ti

hasta la pura

contextura de sal que te contiene;

palpa el rostro

rugoso de la culpa,

muerde amarga condena, sufre rejas

y retorna

cuando sientas crecer

árbol de cuna

y poblarte piedad desde tus hojas.

Funde razón a fuego

de conciencia

duele el hombre que llevas, y medita;

bajo la toga, hay un hueso

que cruje la partida

y una carne final

que ya deshace.

Vas a juzgar, detén...!

Y cuando sepas

Que la ley es aquello que tú lates

y que vas conformándote

a minuto

propia génesis lenta de conducta,

y comprendas,

en el filo más fino de tu duda,

en la ultima hebra

de certeza

que tu estrado es banquillo

y que te juzgan,

alza recién

desde el barro

y,

juzga...!

Matilde Alba Swann

(Tránsito del infinito adentro- 1959)

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