Lagrimas de mi tierra

La tarde baja su pesado manto
sobre la montaña.
Cae un rayo de luz
en tus alas invisibles;
hija de los abismos, silenciosa
guerrera de la vida.
Las piedras te recibían
con llanto en el alma.
El cóndor interrumpió su vuelo.
El viento corto su canto.
El silencio se hizo agudo.
En ese momento el paraíso
se transformo en ruinas,
repartidas en estrellas de hermosura
en partículas fugases de
eternidad visible.
Preferiste la muerte
al yugo
de aquellos ambiciosos
hombres blancos.

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