Mujer poesía
Por veredas doradas,
una mujer
ausente de misterios
va vendiendo versos,
uvas, mangos,
fresas, lirios.
Por plazas tímidas
al encanto de palomas,
va regalando al viento
su voz de guitarra temblorosa,
su voz de insistente lluvia
golpeando sobre ventanas,
puertas, tejados.
Por calles que madrugan
siguiendo su sombra
¡se desliza!,
sin el cansancio
de la prisa,
sin la rutina
de la risa.
Sus uñas
no tienen matices,
sus letras
carecen
de direcciones finas,
de atención a la gramática.
Más ella guarda
la llaneza
que la mujer fina
ha olvidado,
surca su destino
con firmeza,
sabe sufrir,
sabe amar
MARIA DEL CISNE SUAREZ ENRIQUEZ
una mujer
ausente de misterios
va vendiendo versos,
uvas, mangos,
fresas, lirios.
Por plazas tímidas
al encanto de palomas,
va regalando al viento
su voz de guitarra temblorosa,
su voz de insistente lluvia
golpeando sobre ventanas,
puertas, tejados.
Por calles que madrugan
siguiendo su sombra
¡se desliza!,
sin el cansancio
de la prisa,
sin la rutina
de la risa.
Sus uñas
no tienen matices,
sus letras
carecen
de direcciones finas,
de atención a la gramática.
Más ella guarda
la llaneza
que la mujer fina
ha olvidado,
surca su destino
con firmeza,
sabe sufrir,
sabe amar
MARIA DEL CISNE SUAREZ ENRIQUEZ
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